Postgrado Gestalt
Relación Terapéutica y Gestalt con Cuerpo
El curso de postgrado Gestalt de Equipo Centro es una formación especializada abierta a cualquier profesional formado/a en Gestalt.
El centro ha venido desarrollando desde 2005 dos cursos de postgrado ofrecidos en años alternos: “Gestalt con cuerpo” y “Relación terapéutica”. A partir del año 2019 se han integrado estos dos postgrados en una sola formación: Postgrado en “Relación Terapéutica y Gestalt con cuerpo”, de año y medio de duración y periodicidad bianual.
¿A quién va dirigido?
El curso de postgrado “Relación terapéutica y Gestalt con cuerpo” está indicado para personas que están iniciando su práctica de acompañamiento. En él encontrarán un empuje motivacional y un encuadre profesionalizado.
Además, es altamente recomendable para profesionales de la psicoterapia Gestalt que quieren seguir investigando en la parte clínica de la misma.
Objetivos de la formación
La motivación de este postgrado ha sido ofrecer, -a personas que ya han hecho la formación básica en Gestalt y que están interesadas en el aspecto más específico del acompañamiento emocional de la práctica gestáltica-, un espacio donde:
Estructura
El curso está estructurado en 17 talleres distribuidos en un fin de semana al mes, dos de ellos residenciales. Los talleres se inician el viernes por la tarde y finalizan el domingo al mediodía. En total el postgrado tiene una duración de año y medio.
Los talleres son impartidos por formadores/as y psicoterapeutas especialistas que provienen de diferentes escuelas y comunidades autónomas.
El valor de la relación terapéutica
La relación terapéutica es el suelo sólido sobre el que se asienta todo proceso terapéutico. Es lo que permite la confianza necesaria para que el/la cliente que busca ayuda pueda transitar por sus sentimientos y reconocer las dificultades de su/s problemática/as.
Así como las técnicas, los recursos y los conocimientos cognitivos son instrumentos para un cambio de actitud de la persona ante su vida y sus circunstancias, el vínculo terapéutico es el corazón mismo que aporta la fuerza y la persistencia necesarias para que este cambio se dé.
El/la terapeuta necesita estar consciente y preparado/a para que esta relación sea el eje central del trabajo, pues las propias necesidades y personalidad del/a terapeuta pueden influir positiva pero también negativamente en dicha relación.
Una manera de limpiar y poner sus cualidades al servicio del trabajo terapéutico es a través de la investigación, -teórica y vivencial-, que ofrece este postgrado en temas fundamentales para la relación terapéutica como el narcisismo, la agresividad, la sexualidad, el carácter y la actitud del/a terapeuta.
El valor del cuerpo dentro de un proceso terapéutico
El cuerpo no engaña, el cuerpo nos habla con sinceridad y rotundidad. Es el que más nos confronta con nuestra verdad a través de sus posturas, de sus formas, de sus sensaciones, dolores, enfermedades… Es el que nos da las pistas para conectar con nuestras necesidades y nos proporciona el contacto con nuestras satisfacciones.
El cuerpo atrae nuestra atención para que descifremos lo que nuestra conciencia quiere eludir.
La presencia corporal del/la paciente nos indica la entrada a la experiencia de cada sesión y la salida conectada con su necesidad. Por un lado nos regala, a través de su escucha, un conocimiento en el aquí y el ahora de lo más real del estado de la persona. Y por otro lado nos conduce, siguiendo su guía, por el paisaje necesario que hay que atravesar para su autorregulación.
En el curso de postgrado se aportan las herramientas para profundizar en la conciencia corporal y su importancia para la intervención en diferentes problemáticas como la ansiedad, depresión, trauma… Además se amplían los recursos corporales del alumnado con técnicas derivadas de la dramatización, el movimiento auténtico, la arteterapia, la videoterapia o las técnicas de autorregulación corporal.
Programa
PROFESORADO
DICEN DE NUESTRO POSTGRADO…
Vuestro posgrado es de DIEZ. A punto de acabarlo, miro para atrás y siento la satisfacción del trabajo bien hecho. En mi «otro trabajo» (no el de piscoterapeuta) me piden diseñar un estudio para evaluar la calidad de la formación en función de la modalidad, presencial, videoconferencia y a distancia. En mi «otro trabajo» tengo parámetros, tengo encuestas de satisfacción, tengo materiales y contenidos, tengo números a los que agarrarme. Si me lo pidierais para este posgrado no sabría por dónde empezar. No sabría cómo medir lo que hemos vivido con números. Me imagino a mis compañeros respondiendo a unas preguntas absurdas diseñadas para atrapar evidencias (¿cuántos kilos de presencia has aprendido en el posgrado?) y les veo muertos de la risa. Es cierto que hay muchas cosas que se pueden medir, pero la tremenda presencia de cada uno de los profesionales que han ido pasando por ahí…. La tremenda autenticidad, la protección y la seguridad que hemos podido respirar con ellos…. Esa confianza… Ese saber mostrarse…, amables, cercanos, vulnerables. Ese saber vernos…, vernos amables. Y lo que esto ha generado, desarrollado y desatado en nosotros… Eso no tiene medida ni precio. Ese mirarnos, con mirada limpia, sin juicio…. Sabiendo armonizar lo que sucede en el espacio terapéutico para que el juicio abrace al miedo y el miedo comprenda a su agresividad…. ¿Eso cómo se enseña? (como para intentar cuantificarlo…) Me viene que esa magia no tiene modalidad. Está por encima y por debajo. Por eso se ríen mis compañeros en mi imaginación, a carcajada limpia, sin doblez. Me viene que vivir esas cosas se escapa de nuestro control pero también me viene que para lograrlo hay que ponerse ahí, con todo. Hay que generar el espacio, pensarlo y organizarlo. Os agradezco el trabajazo que habéis hecho para lograr que todo esto se dé. Más todavía este año con tantos imprevistos, cambios y medidas. Os agradezco el espacio, el cuidado y el mimo, se ha notado mucho el esfuerzo y el resultado ha sido fantástico.
Mi experiencia en mi paso por el Postgrado, ha sido de un gran aprendizaje al ser muy variada esta formación tanto por el enfoque terapéutico de cada taller como por el programa elaborado por el centro con profesionales distintos que nos acompañaron. Esto ha sido lo que más siento que me ha ayudado en mi evolución personal como una mayor confianza en lo profesional. Por todo esto mi agradecimiento a la dirección de Equipo Centro y por vuestro trato siempre cercano.
Queridas Olga y María,
para mí el paso por el posgrado ha sido más que satisfactorio. Me ha dado la oportunidad de afinar el instrumento que soy como terapeuta, pero también profundizar más en mi proceso personal. Los profesionales que habéis puesto al frente de cada taller no pueden ser más idóneos, el grupo humano ha sido estupendo para abrirnos y trabajar con total apertura y confianza. Y también quiero resaltar que se percibe el cariño que la escuela, Equipo Centro, ponéis en cada proceso. Os doy las gracias por la humanidad, el cuidado y la ilusión que ponéis en cada taller.
Mi paso por el posgrado está siendo memorable. La variedad de enfoques desde los que se nos acerca el trabajo con la Gestalt no deja de sorprenderme. Con profesionales que están a la vanguardia, cada uno con su estilo propio pero todos brillantes. Por la parte profesional me llevo un montón de recursos nuevos para poner al servicio del trabajo, por la parte personal cada fin de semana ha sido un paso de gigante en el camino del autoconocimiento. El grupo maduro y comprometido hacen el marco perfecto para poder exprimir hasta la última gota la experiencia.
Aunque en mi experiencia se configuran otros elementos es importante decir que todo comenzó con una conversación. Un compartir que llevaba implícita una propuesta, y una propuesta a la que me lance de lleno. Ha transcurrido el tiempo suficiente, casi a punto de finalizar, para poder mirar atrás y poder contemplar con gratitud los meses vividos. Agradezco a Olga de Miguel su acompañamiento, agradezco a cada uno de los miembros del grupo el tiempo y las experiencias vividas y agradezco a todos los profesionales que nos han acompañado, en cada momento, su sabiduría. No sé quién podría ser si hubiera rechazado la propuesta, pero se quién soy aquí y ahora, y desde este particular momento puedo decir que me siento agradecido por haberme permitido hacer este proceso o camino, que ha sido fascinante. Si vuelvo a mirar, nuevamente, atrás, no me cabe duda que volvería a vivir la experiencia y vivirla junto a mis compañeros, con los que he aprendido y con los que me une un fuerte vínculo, tejido de experiencias vividas y vitales. Termino con una sencilla palabra ¡GRACIAS!