María Morales

Soy una persona con mucho interés en la vida y con ganas de conocimiento de las formas de funcionar en los diferentes países. Siempre me gustó la antropología y estar al tanto de los movimientos sociales.  De joven quería aportar al cambio social con la idea de que el empuje social podía influir en el cambio. Empecé intentando dicho cambio en el mundo rural y la educación. Pienso que es a través de la educación la forma más clara y efectiva de integrar valores humanos y relacionales para la salud individual y social.

Nunca me desconecté de la psicología hasta que me dedique de pleno, haciendo cursos de dinámica de grupos en el instituto de interacción y dinámica personal (76) y de trabajo corporal y bioenergética en el Instituto conciencia-energía (79-80). La mujer y la rabia, las prohibiciones culturales y el ideal femenino en Elipsis (90) entre otros, como trabajo personal.

También participé en un curso teórico-práctico de Gestalt con Ángeles Martín donde encontré mi camino dentro de la psicología aunque fue más tarde cuando decidí hacer la formación completa, por la dificultad de compaginarlo con mi actividad en la escuela.

Después de terminar psicología me planteé ¿Qué podía hacer con lo que había aprendido en la universidad? pensé que la forma de aportar algo al mundo era a través de la educación y me dediqué a la enseñanza durante 12 años en ámbitos marginales, 2 años en entorno rural en León en un colegio familiar rural de formación profesional agraria con un sistema innovador y pionero. Después de pasar un año fuera de España en Estocolmo, trabajé como profesora de EGB durante 10 años en el colegio Santa Mª del Pozo en el Pozo del tío Raimundo en el que elaboramos y pusimos en práctica proyectos de innovación pedagógica “Programación y práctica de funcionamiento y participación en el aula” y otro de talleres con niñ@s de diferentes edades y con el apoyo de alumnos de la Escuela de Magisterio.  Fui Directora de Centros Culturales en la Junta Municipal del distrito de Retiro (87-89). Después trabajé en el Instituto de la Mujer en el área de Educación y ya como psicóloga en el Centro de Salud Mental para Mujeres (90-91) subvencionado por el Ministerio de Asuntos Sociales.  Con todo ello conocí a mucha gente y formas de funcionar. Eso me dio una madurez necesaria para poder ponerme frente personas, acompañarlas psicológicamente y llevar un proceso de autoconocimiento y conciencia, después de formarme como psicoterapeuta y hacer mi propia terapia.

Siempre sentí que era mi vocación y comencé cuando me vi preparada y con la madurez suficiente. También pensaba que es una profesión que necesita tener vivencias y experiencia de vida. Siempre sin dejar de seguir mi búsqueda a lo largo de todos estos años

La idea de preparar personas para formarles como terapeutas era la forma de unir mis dos intereses: educación y psicología, que pienso que es una forma de reeducación en el sentido de darse cuenta de los condicionamientos y mecanismos adquiridos para hacer una evolución más sana con ayuda de la terapia y de la formación Gestalt eminentemente práctica.

Superviso a exalumn@s en sus primeros pasos como terapeutas y a profesionales sanitarios, enseñantes… con el objetivo de llevar la actitud Gestáltica a sus entornos profesionales En las supervisiones, cada uno va encontrando su forma como terapeuta dependiendo de su carácter. Es un espacio donde sigue el aprendizaje de sí mismo y el compromiso necesario consigo y con el paciente en la relación humana y amorosa que sana

Siempre me ha sorprendido la confianza que l@s pacientes depositan en mí y me parece un privilegio que expongan su vida desde el primer momento. Agradezco desde aquí a todos mis pacientes y alumnos por todo lo que me han aportado y me han ayudado a seguir creciendo, os siento como maestros al igual que a los maestros declarados como tal, de los que he aprendido mucho y me han hecho trabajar mi carácter y mi espiritualidad.