Olga de Miguel

  • Psicóloga Clínica
  • Número de colegiada M-8916 en el COPM
  • Miembro docente y supervisora de la AETG
  • Supervisora y docente avalada por la FEAP
  • Directora, docente y supervisora de la Escuela Equipo Centro Psicoterapia Formación, escuela avalada por la AETG
  • Tutora Profesional de Centro de la UAM
  • Licenciada en psicología por la UCM.
  • Terapeuta Gestalt por la Asociación Española de Terapia Gestalt (AETG).
  • Tesina: “Gestalt Conclusa, Gestalt Inconclusa. Final de un proceso terapéutico, presentada en Sitges en la AETG 1995.
  • Posgrado “Análisis y conducción de grupos dirigido” por Francisco Peñarrubia en la EMTG.
  • Eneagrama en Babia con el Dr. Claudio Naranjo.
  • Terapia integrativa (programa SAT).
  • Técnicas proyectivas de psicodiagnóstico en el Hospital General Gregorio Marañón.
  • Terapia de Familia. Miembro enfermo o patología familiar en el Colegio Oficial de Psicólogos (COP).
  • Medicina de Adolescentes por la Asociación Española de Medicina de Adolescentes. (AEMA).
  • Grupos de Atención con Albert Rams (2008-2009).
  • Diferentes talleres formativos con Gestaltistas como Guillermo Borja, Guideon, Antonio Asín, Susy Stroque.

Hace más de treinta años que decidí convertir mi necesidad de comprender al ser humano y de cambiar el mundo en el deseo de comprenderme a mí misma e investigar en mi transformación, deseando que este nuevo camino pudiera revertir también en los demás. Esta motivación se convirtió en mi vocación. Hoy por hoy mi vocación sigue siendo una llama de vitalidad.

Resonaba y me dolía lo que pasaba a mi alrededor y quería cambiarlo. Esto me llevó en primer lugar a la psicología social y a participar en intentar cambiar mi mundo externo, trabajando con asociaciones de mujeres, con asociaciones de personas vulnerables y con movimientos de no violencia. Pronto me choqué con las resistencias humanas y del sistema y con mis propias contradicciones internas. Me di cuenta que lo que intentaba cambiar fuera en realidad, necesitaba ser cambiado dentro. Por ello me reorienté a mi propia observación, a profundizar en mis emociones censuradas, a liberar mi instinto reprimido y a darme cuenta de mis pensamientos tan condicionados por mis experiencias infantiles y por mi educación.

He construido una familia, he sido madre y he comprobado por mí misma el enorme dolor del inevitable daño hecho. He atravesado situaciones difíciles que me han mostrado mi pequeñez y vulnerabilidad. He construido mi trabajo desde mi vocación, y esto me ha hecho luchar, ganar y perder, me ha enseñado mis limitaciones y mis capacidades. La vida me ha colocado en situaciones que han desvelado y desarrollado aspectos de mi hasta entonces desconocidos tanto en mis partes luminosas como en mis sombras. Con todo esto he llegado hasta aquí, habiendo desarrollado una actitud de aprendiz ante la vida, y de necesidad de crecimiento y evolución ante las cosas que me suceden y que suceden, con un amor profundo hacia lo que hago, convencida de que quiero seguir aprendiendo y ganando en conciencia.

Mi proceso terapéutico, mi proceso formativo y cada uno de los talleres y encuentros vividos me han acompañado en mis experiencias vitales y han hecho de guía para acompañar a otros seres humanos que quieren transformar sus patrones de sufrimiento y de vacío existencial.

Sigo entusiasmándome cuando veo a las personas florecer y disfrutar de su mundo interno, así como del de los/as otros/as. Sigo conmoviéndome con el dolor y el daño que genera la inconsciencia, la mecanicidad y el alejamiento del corazón. El daño que recibimos genera el daño que hacemos como una cadena interminable que solo a cada uno de nosotros nos toca detener. Y esta tarea mejor que sea en compañía.

Ya desde muy pronto sentí la necesidad de compartir y de ser agente de transmisión de todo lo que iba descubriendo, motivando a otras personas a comprender sus vivencias, sus emociones, su naturaleza, sus relaciones, y así junto con otras compañeras surgió la creación de la escuela. Su inicio y su desarrollo ha estado lleno de entrega y de fe. Con entusiasmo he recibido a nuevas promociones de personas que como yo han venido buscando la clave de la vida dentro de sí mismas. Y he despedido a esas mismas personas después de un profundo proceso de descubrimiento y transformación con gozo y agradecimiento. Hoy en día sigo llenándome de alegría, promoción tras promoción, contribuyendo junto todo el equipo docente a generar las condiciones para que cada ser humano pueda encontrar una vía propia de desarrollo y que a la vez pueda sembrar maneras más sinceras, sanas y conscientes de estar en esta vida.

Olga de Miguel es psicóloga clínica colegiada desde 1990 y lleva ejerciendo su profesión desde 1995, tanto en consulta individual, como grupal, familiar y de pareja. Desde 1997 combina esta actividad con la labor pedagógica como formadora en la Escuela de Psicoterapia Gestalt Equipo Centro, de la que es co-directora y co-fundadora; así como en otras escuelas gestálticas como la Escuela Albero Psicología en Zaragoza, La Montera en Sevilla, Pañña en Santiago de Compostela y la escuela de Cádiz Syam.

Además de la actividad docente y terapéutica, dirige talleres de carácter terapéutico y monográfico, como el Vínculo Familiar (taller que realiza hace más de quince años con sus colegas de profesión María Morales, Pedro Luengo y Armando García) y talleres terapéuticos para parejas.

Olga, además dirige prácticas de alumnos/as de la Universidad Autónoma de Madrid como Tutora Profesional de Centro. De la misma manera dirige prácticas en otras universidades, – Universidad de Villanueva, Complutense -dentro de la asignatura del prácticum. Desde hace más de veinte años supervisa individual y grupalmente a profesionales de la psicoterapia y ha dirigido varias tesinas presentadas en la AETG, como:

● Mario-Óscar Gatti: Homofobia y terapia Gestalt.

● Alain Durand: Terapia Gestalt con alguien de otra cultura lingüística.

● María Díaz Intervención en pareja desde un enfoque gestáltico.

● Adolfo Martínez: Deporte y Gestalt, encuentro y límites.

● Alfonso López-Fando: Proceso terapéutico individual, sus resistencias emocionales.

El primer contacto con la psicoterapia fue en el Programa de Terapia de Familia y Pareja en la Fundación Benéfico-Social Solidaridad Democrática. Como psicóloga realizaba entrevistas clínicas y psicodiagnóstico con familias y parejas donde la demanda de la atención estaba relacionada con el maltrato. Ya desde el principio, Olga fue consciente y sensible a los traumas infantiles y cómo estos determinan el carácter y los patrones relacionales. Las mujeres maltratadas que atendía tenían el amor asociado al maltrato, y así se perpetuaba esta asociación en su vida adulta. Esta experiencia la llevó a poner el foco en el mundo infantil, en la adolescencia y en los patrones relacionales vinculados a la familia.

Trabajó durante varios años con padres y madres en grupo en los ayuntamientos de Leganés y Alcorcón, y durante estos años trabajó con madres y padres de niños en diferentes ciclos escolares hasta la adolescencia, y también con madres y padres de niños con necesidades educativas especiales para la asociación CODIAL.

Colaboró con el “movimiento de renovación pedagógica” de la Escuela de Verano de Cuenca y desarrolló varios talleres desde el enfoque gestáltico. Por otro lado, adquirió conocimiento clínico realizando numerosas prácticas en sesiones clínicas en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid durante tres años, donde pudo ver pacientes con diferentes patologías y trastornos (trastornos de la alimentación, politoxicomanías, trastornos neuróticos, fóbicos, ansiosos, depresivos y psicosis, así como trastornos neurológicos frecuentes).

En la experiencia terapéutica y pedagógica diaria Olga no deja de aprender de todas las personas que vienen demandando crecimiento personal y profesional y de aquellas que llegan con un nivel de sufrimiento emocional y mental en el que necesitan ser acompañadas terapéuticamente.