Supervisión Indirecta
Todo profesional de la psicoterapia necesita un lugar donde compartir y seguir ampliando su conocimiento
El ejercicio profesional de la psicoterapia sostiene un peso de responsabilidad. El/la terapeuta necesita tener una atención sostenida en su cliente, a la vez que necesita generar un vínculo íntimo de confianza en el que la empatía y la escucha son ingredientes fundamentales. Por ello, el encuentro con un/a supervisor/a autorizado/a y/o otros colegas de profesión en un espacio destinado a revisar los casos que se le presentan en consulta, es algo imprescindible.
Estas miradas externas amplían la perspectiva y ponen luz en los puntos ciegos que se dan en la práctica profesional.
¿A quién va dirigida?
Tanto a psicólogos/as y gestaltistas en el inicio de su actividad profesional, como a otros profesionales que necesiten ayuda en situaciones y procesos de mayor dificultad dentro de su campo de trabajo.
Objetivos de la supervisión indirecta
ESTRUCTURA
Hay dos modalidades, la individual y la grupal.
En la individual el/la terapeuta supervisa solo/a con el/la supervisor/a, que es un/a profesional de mayor experiencia, acreditado por la AETG y la FEAP.
En la grupal el/la terapeuta se encuentra, además de con el/la supervisor/a, con otros/as compañeros/as con los que supervisa su práctica, enriqueciéndose con las experiencias y casos de estos, multiplicando así su aprendizaje.
ACCESO
Supervisores
Supervisión terapeutas infantiles
DICEN DE NUESTRO CURSO
La supervisión como cruce de miradas
Bajo mi experiencia, el ámbito de la supervisión permite la contraposición de la mirada
de otros sobre lo que uno hace con los pacientes asi como ser un espacio de reflexión
para uno mismo bajo los espejos de los otros.
Para mí, es un espacio muy rico y vivo para poder poner conciencia sobre todo ello y a
través de los otros. En cada sesión, primeramente, en la ronda con los pares, los iguales,
y por último bajo la mirada del tutor/a que con una mirada mas consciente aporta
todavía más riqueza y reflexión al proceso.
“Asombro”. Creo que es la palabra que mejor expresa lo que está siendo para mí el
proceso de supervisión. Porque no dejo de contemplar colores y matices nunca vistos
del prisma poliédrico que es el grupo, porque sigo descubriéndome, por lo nutritivo de
sentirse acompañada y parte de algo más grande que mi trabajo individual. Creo que el
trabajo de supervisión es fundamental y ayuda a poner luz en las partes ciegas, en el
proceso de acompañamiento de nuestros pacientes.
Nunca pensé que la supervisión sería tan necesaria. Y, sin embargo, termino cada lunes agradeciendo este ejercicio semanal, ese contacto con otras personas que me siguen ayudando a verme y que hacen posible que yo siga poniendo conciencia en mi relación con las personas a las que ofrezco terapia.
La supervisión indirecta me permite seguir manteniendo viva la conciencia en un momento, el de la terapia, en el que como terapeuta debo estar al servicio de la otra persona. Profundamente agradecido a Equipo Centro por esos momentos de supervisión y ayudarme a mantener viva la llama de la conciencia.