El espíritu del trabajo con el Vínculo Fraternal es el mismo que el que inspira el del Vínculo Familiar: comprender, limpiar, restaurar y pacificar nuestro mundo interno y nuestras relaciones.

Muchos de los sentimientos y conflictos que tenemos con nuestros iguales, y que tanto dolor y ansiedad nos generan, tienen parte de su origen en lo vivido y aprendido con nuestr@s herman@s en nuestra infancia.

Después de haber realizado el trabajo de reparación con nuestros padres y madres es hora de poner conciencia en lo que nos paso con l@s herman@s, cómo gestionamos esa relación en la infancia, qué sentimientos se han quedado pendientes y cómo éstas vivencias en nuestra particular estructura familiar han condicionado nuestras relaciones.

El objetivo es aportar a nuestra vida la satisfacción que generan los sentimientos de hermandad.

Está dirigido a todas las personas que necesiten y/o deseen mejorar la relación con l@s herman@s y con l@s iguales.

Será requisito necesario haber realizado el taller del Vínculo Familiar con las figuras parentales, ya que es imprescindible para comprender y enfocar las relaciones fraternales.