El conocimiento de nuestro carácter da luz a patrones que en nuestra cotidianeidad quedan en la oscuridad. Esta ceguera es la causa de muchos de nuestros males diarios, ya que distorsionan nuestra comunicación, nos aleja de un contacto con la realidad más sano y nos hace sordos a nuestras necesidades y deseos.

El carácter ha tenido y tiene para la persona muchas funciones que han sido y pueden ser necesarias, pero a la vez nos esclaviza, nos quita espontaneidad y nos deja sin recursos creativos para el Buen Vivir de nuestra existencia. El conocimiento de nuestras estrategias nos dará una nueva perspectiva y una nueva profundidad a nuestra vida.

Este trabajo hace un recorrido por las diferentes tipologías desde la perspectiva del Eneagrama, permite viajar por todas ellas desde una propuesta experiencial, e involucra nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestro cuerpo. El mapa que ofrece el Eneagrama aporta al terapeuta una herramienta muy potente y clarificadora para el desarrollo de su tarea.