Testimonios de María Morales, Olga de Miguel, Lorena Polo y Emi de la Llave. Por Montse Soria
 
<<Estamos en un sociedad patriarcal en la que los valores sociales se introyectan individualmente y salen en la relación interpersonal sin darnos cuenta>>. Así lo expresaba María Morales allá por los 90’s, en un artículo nacido de un comentario machista que tuvo un compañero de profesión y que se publicó en el boletín de la AETG.
Mucho queda por hacer, cierto. Sin embargo, la movilización del pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, dejó claro que cada vez somos más las personas que expresamos y visibilizamos el rechazo a un sistema heteropatriarcal que nos perjudica, y eso da energía para seguir en ello, en la reivindicación y el cambio. Actualmente la palabra feminismo está en boca de muchas y muchos: actrices, cantantes, presentadores, escritores. Unos/as, para revolverse en sus asientos con ella y otros/as para gritarla y abrazarla con el entusiasmo de quien encuentra con ella a sus semejantes. Son momentos nuevos, donde el feminismo está cogiendo envergadura y fuerza.
 
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<<Igual que pasa en la terapia, cuando hay avances positivos, movimientos importantes hacia un cambio en una estructura muy arraigada, aparecen resistencias de lo enfermo>> apunta Olga de Miguel en referencia a la sentencia a los miembros de “La Manada” que hoy jueves 26 de abril han sido condenados por un delito de abuso sexual, pero no de violación, que es lo que se solicitaba.
Esta primera huelga feminista en España fue secundada por cientos de miles de personas en todo el país que desbordaron las calles de 120 ciudades. Un mensaje poderoso se estaba creando: somos muchas y ya no callamos.
<Lo que alimenta al machismo y al patriarcado es una estructura alejada de la naturaleza real. Por lo tanto, a medida que uno/a se acerca a sí mismo/a no puede ser más que feminista, sea hombre o mujer, puesto que se despliega la realidad y se desenmascara el abuso, la perversión y el intento de poder de la estructura. La Gestalt tiene valores tremendamente revolucionarios, es un proceso que invita a desaprender, a cuestionar los introyectos, todo lo que hemos mamado como si fuera algo real. Pone en juego un acercamiento a uno/a mismo/, a confiar en lo que uno/a siente, a darse cuenta de lo que le pasa. En esa autorregulación, en ese creer en nuestro mundo interno, está la base de la verdad, de la igualdad>> apunta Olga.
 
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Ella en particular, y la escuela en general, participaron en el encuentro feminista “Somos Como Somos” desarrollado en torno al 8 de marzo, guiando un coloquio sobre mujeres terapeutas. El encuentro fue organizado por Lorena Polo, psicóloga y terapeuta Gestalt, formadora en teatro Gestalt, formada en Psicoterapia Feminista y profesora de la escuela. Su propuesta consistió en una semana de actividades variadas: espacios de diálogo, reflexión y crítica que orbitaban alrededor del feminismo. Lorena ya organizó el año pasado otro encuentro feminista, “Entre nosotras”, y pretende seguir creando espacios de diálogo que nazcan de estas propuestas.
 
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<<El año pasado se creó un espacio sanador, de reconocimiento y compañía entre nosotras. Y desde ahí ha ido creciendo la participación hasta dar con este programa –refiriéndose a su propuesta Somos Como Somos– llena de ganas y de implicación. Puede que la idea sea mía y se haya gestado bien dentro, como una criatura, pero sin Claudia, Ruth, Esther, Jenny y Elena hubiera sido imposible sostener toda esta iniciativa. Y sin todas las personas generosas que nos donaron su tiempo y sus espacios>> cuenta Lorena.
Han pasado ya unos meses desde entonces, y hay mucho que seguir haciendo: aprovechar la inercia de movimiento generado en marzo para seguir hablando, debatiendo, denunciando y cuestionando. Pero también hay un trabajo de base por hacer, un trabajo interno que sin duda va a ser el más revolucionario y que tiene que ver con encontrar la verdad y la igualdad dentro de cada uno/a.
 
Para Olga de Miguel <<una escuela de formación Gestalt puede ayudar a una sociedad feminista a través de la escucha. Escuchando emocionalmente, no solo cognitivamente, a las personas que vienen a formarse. Escuchando lo que cada persona tiene contenido en su interior. La Gestalt y la psicoterapia son una fuente de igualdad que aspira a una evolución interna -no solo superficial, con respecto a la imagen o al “como sí”-, que invita a que nos hagamos caso y nos miraremos adentro. La escucha y el respeto son de las cosas que, automáticamente, segregan igualdad>>.
 
Emi de la Llave, psicóloga, terapeuta Gestalt y profesora de la escuela cuenta cómo en los grupos de formación con los que ha trabajado suelen aparecer conductas machistas y conflictos de género muy inconscientes, donde la competencia, la seducción, el poder, el control, la dependencia y el miedo están asociados. Señala además cómo estos mismos grupos son el sitio idóneo para que, tanto hombres como mujeres, puedan darse cuenta y limpiar las heridas de género.
 

Así pues, parece un buen paso el iniciar un camino de introspección como preludio de un cambio comunitario que nos permita vivir en una sociedad igualitaria y justa. Manteniendo el paso firme a pesar de las resistencias y aparentes retrocesos que surjan.